Al tío Gumersindo

4/12/15


Por: David Palacio Saurith (@palaciosaurith). De mi infancia aún recuerdo cuando Mi Vieja Mago, después de una larga conversación telefónica se levantaba del sofá de la sala y exclamaba con alegría: “¡mañana viene Gumito!” inmediatamente tanto ella como todos los grandes de la casa se ponían en función de la tan grata visita del tío Gumersindo. Magolina salía en su bicicleta a buscar en todo el pueblo los conejos que previamente le prepararía guisados con coco y que este visitante y comensal degustaría al momento de su llegada. La vieja Mago se esmeraba en cuidar cada detalle, ya que dicho visitante era bastante estricto y exigente y además anotándole que ella lo consentía como si tratara de uno de sus hijos y ese cariño siempre le fue retribuido, ya que crearon entre ellos un lazo de amistad más grande que el que la sangre les había implantado desde muy pequeños. 

Ese “Gumito” que llegaba de visita no era más que su mismo hermano, José Gumersindo Peñaloza Montero, ese que nació el 1° de enero de 1940 y que con el pasar del tiempo se fue convirtiendo en el apoyo incondicional de mi vieja, compartiendo entre ellos mutuamente sus alegrías y también sus tristezas. Ese mismo que cuando pisaba este pueblo inmediatamente cambiaba su saco y corbata por su impecable pinta de guayabera y sus relucientes zapatos brillantes como le llamábamos entre chanzas de primos infantes.

Ese Gumito que a pesar de las situaciones que le sorteo la vida, decidió superarse y dejar huellas en este mundo terrenal, es por eso que orgullosamente ostentaba su título de Abogado de la Universidad Nacional de Colombia y que además se especializo en ramas del derecho como Derecho Administrativo, Derecho Penal y Derecho Público que más adelante estos títulos le servirían para ocupar grandes cargos a nivel nacional, destacando entre ellos el de Procurador Agrario ante el INCORA en la Procuraduría General de la Nación, el de Fiscal de la Procuraduría General de la Nación y de Procurador Judicial de la misma entidad, en cuyos cargos recibió un sin número de reconocimientos a la labor intachable que desempeñaba.


Hoy el tío Gumito se va en paz y se va tranquilo ya que su balance es positivo, dejando una familia unida y todos sus hijos realizados en distintos campos profesionales, pero también deja un vacío muy grande en toda la familia y a mi vieja Mago la deja con la herida de su ausencia en el corazón. Pero también se va con la certeza de que siempre será recordado no solo por toda su familia, sino también por un sin número de personas que lo admiran y lo tendremos siempre en nuestros corazones, y que además siempre resonará en nuestras mentes las melodías de su canción “Las Chanzas de Mariela”, grabada por los Hermanos Zuleta.
 

1 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!:

  1. Unknown dijo...:

    Excelente artículo tienes las dotes de gran escritor te felicito

 
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